18 jul 2013

LA LAGUNA

El silencio de la familia

La obra que recibió el premio “S” a la creación y el premio Florencio Sánchez en la categoría “Revelación femenina” para su actriz Martina Juncadella -y la nominación al mismo premio en el rubro Escenografía a cargo de Mariana Tirantte- realizará una temporada de 6 funciones en Buenos Aires antes de su partida como obra invitada especial al Noorderzon Performing Art Festival (en Groningen, Holanda, con funciones el 18, 19 y 20 de Agosto) y al Zürcher Theater Spektakel, en Zurich (Suiza) con funciones el 23, 24 y 25 de Agosto.

La Laguna propone la instantánea de un padre y sus dos hijas, de pronto detenidos en un auto en medio de la ruta por la que viajaban; suspendidos en el tiempo -o apartados del tiempo real- y atrapados en el suyo subjetivo. En ese estado singular, el hombre regresará al pasado, ante la mirada de las dos adolescentes.  En la obra -que resalta intencionadamente los rasgos infantiles que perduran a través de los años- los tres personajes vuelven a ser niños y así –por ejemplo- cantan y bailan como entonces, armando una suerte de resistencia contra el paso del tiempo.

“La Laguna” además fue editada por “Interzona” junto a otros textos de dramaturgos nacidos en 1980, en una selección a cargo de Ricardo Dubatti.

“La Laguna”, escrita y dirigida por Agostina Luz López, es una obra que describe el silencio; la tensión está en lo que no se dice, lo que no está en el discurso verbal; pero expone a unos personajes que pueden o no soportar aquello que fue su vida.

Al principio, “La Laguna” expone el vínculo de una hija con su padre; la hija trata de estar conectada siempre a él, que le preste atención, que juegue con ella, que le haga cariños, que le escuche, que le haga caso. Hay algo perturbador en la forma en que ella pronuncia la palabra “papá”, ya que constantemente usa esas cuatro letras para demostrarle algo; pero, la vida entre ellos dos parece ser un silencio constante que la hija no quiere soportar.

Luego, aparece la otra hija. El padre se va un rato a nada a una laguna que está cerca mientras que la otras dos conviven ese silencio familiar con la excusa de tomarse el regalo de la abuela. Es un trío familiar donde la tolerancia puede tener su fin. Muy buen trabajo por parte de los actores, de estar atento constantemente y jugarse esa propuesta de actuación.

“La Laguna” tiene el dispositivo de presentar algunos elementos reales, como la parte del asiento de pasajeros y el baulero de la carrocería de un auto azul, la bebida, los cigarros, la comida, el silencio. El diseño de la iluminación es absorbente y muy puntual, juega con lo claro-oscuro. La escenografía y el vestuario son realista y con muchos detalles, aunque hay momentos que con tanto realismo hay elementos importantes que están a cargo de la convención teatral e imaginación del público, por ejemplo el campo. 

En “La Laguna”  lo más importante es lo que sucede en el auto, dentro de esa parte trasera de la carrocería azul, lo que lleva ahí, lo que esconde en el baulero, las cosas que sacan, siempre salen con la excusa de calmar o recordar algunos felices momentos familiares y también es el detonante de algo. ¿La familia, las dos hijas y el padre tienen todo lo necesario paras ser felices?

“La Laguna” una muy buena pieza de la familia argentina pero que sale al campo: la parte trasera del auto se convierte en la sala de estar y el campo es la casa de esta familia que se resiste a estar fragmentada, a ser irrumpida por la tristeza, a convertirse en la típica visión de la disfuncionalidad. 

“La Laguna” es una obra que se encuentra los sábados a las 20:30, en el teatro El Extranjero, calle Valentín Gómez 3378; reservas al 4862-7400. 




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